Conclusión: Para que no te lleves más desilusiones
Mediante ésta última historia quiero plasmar consejos prácticos para escoger una buena pareja. La he titulado: “Las señales” Como por dos años con muchos costos había logrado ahorrar una cantidad de dinero pequeña, pero suficiente, para pagar el adelanto de lo que sería mi primer automóvil. Busqué en muchas empresas que vendían autos de segunda y nada me alcanzaba.Recorrí un par de días hasta que lo encontré. El estaba allí (el auto por supuesto), como esperando por mí, era de color blanco, dos puertas, las luces delanteras salían de abajo hacia arriaba, en realidad era un auto deportivo que me impresionó, ¡todo un chuzo! (chuzo: dícese de un auto que impresiona).
Había esperado mucho tiempo para que llegara ese momento, había pedido mucho por él, lo anhelaba, estaba cansado de caminar y creía que era la oportunidad de mi vida. Hablé con el dueño, un hombre muy simpático por cierto, (más bien demasiado simpático, creo que excesivamente simpático), supongo que era parte de su estrategia para la venta de los vehículos. Yo le seguí la corriente, él sonreía y yo también, me prestaba las llaves para que manejara el auto y ahí iba yo. Hasta que traté de encender el auto y se me apagó, varias veces, en realidad se me apagó todas las veces. Le pregunté al dueño y me dijo que era un cable pequeño no más. Luego apreté con mi pie el freno y sonaba como el estruendo de muchos caballos dispuestos para la batalla, por lo que le volví a preguntar al dueño y me dijo que solo era falta de unas gotas de aceite.
Por último me fijé debajo del auto (como casi todos los hombres cuando compramos auto; hasta el motor le revisamos como si supiéramos algo al respecto) y me percaté de un charco de aceite que había debajo de él, más bien parecía un yacimiento de petróleo, para lo cual apareció de nuevo el famoso y sonriente vendedor y me dijo: eso no es nada, sólo un empaque.Evidentemente mi error fue no llevar un mecánico y no haber acatado las SEÑALES tan visibles y claras que la investigación me mostró.
Había pedido a Dios por mi novia, la busqué por todas partes, en todo lugar; en los autobuses pensaba: ¿será la que se sienta de piernas cruzadas?, ¿será la cajera del banco?, ¿será la que trabaja haciendo pan?
Había conocido al 99% de las chicas de mi alrededor intentando encontrar la princesa celeste que llegara en su yegua azul (esta es una nueva historia) y que el cielo se abriera y una voz fuerte me dijera: “Hijo, esta es tu herencia, de ustedes dos haré descendencia como la arena del mar” Pero no fue así.
Un día cuando menos lo esperé ella llegó. Se bajó de su yegua azul, se arregló su vestido celeste, se limpió las boñigas y me miró...(espacio para que pienses en ella mirándome) yo la miré, nos miramos y creo que fue amor a primera vista Era tanto el anhelo que yo tenía, que no importaba nada, nos conocimos por largo tiempo y cada día que pasaba conocía algo nuevo de ella.
Como el momento en que casi se vuelve loca de celos porque saludé a una de mis ex novias, claro por supuesto, es normal que tuviera celos, como la vez que me gritó porque llegué un poco tarde a visitarla, pero es entendible, tuvo que esperarme; también como el momento en que se enojó por nada, en realidad le pasaba a menudo, pero era normal, ¡todos nos enojamos! Hasta que entré en razón y me acordé de mi primer auto. Las señales fueron tan claras pero no quise verlas ***aceite, apagonazos y cables*** ahora se repetía la historia ***celos, gritos y enojos***.
Defendiendo lo indefendible, justificando lo que no se puede justificar. ¡Y entré en razón! Pude reaccionar antes de hacer una de las compras más importantes de mi vida, estaba ciego, cojo y sordomudo, parecía una canción famosa.Quizás lo que más duele es saber que muchos y muchas sí han realizado malas compras y lo peor es que estaban tan cerca de conseguir sus anhelos más profundos, pero la desesperación les impidió ver las señales tan claras y evidentes y por ende equivocar sus caminos.
Resultados: Miles de matrimonios destruidos, hijos abandonados, corazones solos, relaciones enfermas, autoestima por el suelo sin concepto claro de la dignidad y falta de fe en sí mismos. Gracias por completar este viaje por los diferentes tipos de noviazgo. Pido a Dios que abra tus ojos y puedas ver con claridad. Recuerda que tienes dignidad, valor. No eres un cualquiera, sino un ser humano único y especial que necesita redefinir sus acciones. Termino con un proverbio que personalmente me ha sido de mucha ayuda no solamente para encontrar pareja. Sino para todos los aspectos de mi vida: Pon al Señor en el primer lugar de todas las cosas, y él coronará de éxito todos tus esfuerzos.
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