abril 2010

lunes, 12 de abril de 2010

Previo a entrar a una relación debemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Estoy preparado para amar a alguien como mi pareja? Para respondernos a esta pregunta debemos evaluar cómo está nuestro corazón realmente. Debemos despojarnos del egoísmo que usualmente tenemos en nuestro corazón, de buscar satisfacer nuestros propios deseos y necesidades; previo a poder entrar en una relación sentimental.

Cuando uno está listo para amar, Dios trae a la persona correcta a la vida de uno y uno mismo lo llega a saber e identificar. No habrá dudas, las situaciones se irán dando conforme a la Voluntad de Dios y estamos más dispuestos a luchar y comprometernos a una relación genuina que glorifique a Dios en todo momento.
En el mundo actual en donde se busca estar en una relación sin importar las consecuencias, la presión de la sociedad, la influencia de los medios de comunicación, así como el pecado sexual que pueda existir en la mayoría de casos, nos impiden ver la realidad de nosotros mismos como personas listas para amar. Entramos en relaciones y salimos heridos, y ese lastre emocional que llevamos con nosotros, retrasa la Voluntad y el Propósito de Dios en específico con nuestra área sentimental.

Cuando nuestro corazón aún no está preparado, los sentimientos egoístas y cualquier herida que exista en nosotros, llevará a un fracaso evidente de una relación. Cuando estamos en el proceso de la preparación de nuestro corazón, eventualmente existirán amigas que pueden llegarnos a atraer; y algo esencial que nos sirve mucho para realizar un análisis de cómo está nuestro corazón es: crear una amistad. Esto nos ayuda a reconocer si solo son nuestras hormonas las que inducen a buscar alguien o realmente estamos listos para amar.

Una herramienta previa muy útil para conocer nuestro corazón, es haciéndonos estas preguntas con honestidad cuando comenzamos a salir con la persona que nos atrae:

■¿Me es grata esta persona como amiga?
■¿Hay un sentimiento muto de dar y compartir?
■¿Puedo tener gozo compartiendo mi tiempo con esta persona si nos abstenemos del contacto físico?
■¿Me siento estimulado, apoyado y requerido por esta persona?
■¿De qué manera nos beneficiamos mutuamente?
■¿Hay algun patrón de conducta en el que nos herimos mutuamente?
■¿Estoy luchando con un pecado sexual en mi vida?

Si muchas de las respuestas se enfocan más en nosotros que en la otra persona, y la última pregunta es afirmativa; eso quiere decir que nuestro corazón no está listo y preparado para amar. Uno de los mayores problemas que existen en un corazón en estado de inmadurez, es el pecado sexual. El mismo crea hábitos, heridas profundas en el alma y sentimientos egoístas; que si aún no hemos sido libres en nuestra vida de esta esclavitud, pueden perjudicar una relación sentimental en el futuro. Es por esta razón, la importancia de buscar la libertad en Jesucristo, de tal manera que podamos despojarnos del egocentrismo, sanar las heridas y que permita al Espíritu Santo configurar nuestro corazón para lograr amar de manera genuina, buscando el bienestar de la a otra persona, enfocados a glorificar a Dios en nuestras acciones y sentimientos.

Lo anteriormente descrito es al amor que le llamamos el “Amor Ágape”, que se refiere a la forma de amor madura y estable, sólida, perdurable, proveyendo un sentido de seguridad. Este amor es la decisión de buscar el bien del otro, cueste lo que cueste; previo a recibir algo de vuelta. Es por eso que debemos dividir y discernir entre un amor romántico y un amor comprometido (ágape).

“Deléitate en el Señor, y él te concederá los deseos de tu corazón. ” Salmos 37:4, NVI

Cuando nos deleitamos primero en Él, Dios transforma nuestro corazón conforme a su Voluntad y el Plan de Vida que Él tiene para nosotros y el de nuestra futura pareja. Aprendamos a amar primero a las personas que nos rodean, como Dios nos ama a nosotros, y ese aprendizaje nos ayudara a cultivar un corazón preparado para amar en una relación sentimental. Oro para que encuentres esa voluntad y ese plan de vida, pero también por tu valentía y discernimiento para lograrlo.

fuente: http://www.libresencristo.org/
 
 ...en el que ya estamos teniendo relaciones sexuales?
 Te explico ahora mis razones para separarse en un noviazgo que vive en fornicación.

Primero, porque debes romper el ciclo y rutina del pecado. Con certeza, puedo afirmar que si tienes relaciones sexuales frecuentemente con tu novia, es porque ya conocen los momentos en los que pueden hacerlo, la rutina para quedarse a solas, como disculparse y prometerse que no lo van a volver a hacer, como callar la culpa, etc. En algún punto deben romper con este ciclo de pecado, y la única forma de hacerlo es de manera radical, de tajo, con una separación absoluta, geográfica, y emocional.

Segundo, porque la disponibilidad del cuerpo de tu novio o novia es ocasión constante para caer.
Es muy difícil limpiar tu mente si pensar en el cuerpo de él o ella te tienta, y mucho más si sigue estando a tan poca distancia para que des rienda suelta a tus deseos, y si ya tienes una costumbre “automática” de ver en forma lujuriosa o si hace mucho tiempo no respetas la forma en la que conduces tus manos. Una separación te permitirá identificar tus errores en este sentido, y decidir acerca de formas más puras en las que debes manejar tus ojos y manos en tu noviazgo.

Tercero, porque debes reflexionar en la naturaleza de tu noviazgo, para terminarlo o reencauzarlo.
La separación te ayudará a meditar tu relación y ver realmente si está basada en solo pasión y sexo, o realmente existe un compromiso de pureza y amor genuino, y un deseo interesado en hacer a la otra persona feliz. En una relación sexual fuera del matrimonio, buscamos con sentimientos egoístas satisfacer los deseos propios de nuestra carne. Nunca pensamos en la otra persona, en lo que le va a afectar o las consecuencias futuras. Cuando estamos en fornicación, le robamos a la otra persona lo que era para alguien más. Le quitamos el regalo que Dios tenía guardado para el verdadero esposo o la esposa, y lo obtenemos por un momento de placer.
Una separación puede darte la oportunidad de decidir maduramente si es una relación que no puedes continuar más, pues tal vez no amas a la otra persona, sino solo deseas satisfacer tu carne, o si bien, debes reencauzar en pureza esa relación, establecer nuevas y mejores metas, vivirlo en santidad, y matar tu egoísmo.

Cuarto, porque debes romper con las ataduras emocionales y espirituales que trajo el pecado.
Nuestra Biblia dice que la intimidad sexual está hecha para crear lazos increíblemente fuertes entre un hombre y una mujer, de tal manera que se convierten en una sola carne, literalmente. Si ya has caído en fornicación, estás viviendo con esos lazos indivisibles que estaban reservados para después de tu boda –y por eso es tan difícil ahora abandonar el sexo con tu novio o novia.
y dijo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su esposa, y los dos llegarán a ser un solo cuerpo” ? Así que ya no son dos, sino uno solo. Por tanto, lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre. Mateo 19:5-6 NVI
Estén alerta y oren para que no caigan en tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.» Mateo 26:41 NVI

A continuación, algunos pasos que puedo recomendarte según la experiencia que me tocó pasar para terminar la relación:

■Deberás confesar tu pecado a alguien más, pueden haber consecuencias pero es algo que deberías haber pensado antes.
■Con consejería, apoyo de Amigos de Responsabilidad, deberás hablarle a tu pareja de manera madura y terminar la relación.
■Ambos pidan ayuda para sanar las heridas ocasionadas por la relación sexual.
■Busquen cada uno un compañero o grupo de rendición de cuentas, para mantenerse en transparencia en su trato.
■Ora para pedirle a Dios que te muestre Su voluntad con respecto al futuro de la relación.
■Aprende a vivir en soltería al menos durante 6 meses buscando la libertad de tu esclavitud sexual y restauración de corazón y alma. La libertad propia les permitirá luego construir la libertad de ambos como pareja.

Si estás ahora viviendo en un noviazgo en el cual ya no respetas las fronteras de pureza, usa este enlace (http://www.libresencristo.org/ ) para enviar tus datos de manera confidencial a uno de nuestros mentores, quien podrá ayudarte.



sábado, 10 de abril de 2010

...en el que ya estamos teniendo relaciones sexuales?

Yo estuve en una relación de 5 años de noviazgo y estábamos comprometidos para casarnos, pero vivíamos en pecado sexual. Siempre nos prometíamos que nunca más lo íbamos a hacer, que estábamos “dispuestos”, que íbamos a cambiar. Esto duraba solo unos 6 meses, al rato estábamos de vuelta teniendo relaciones sexuales, de vuelta al mismo ciclo vicioso pecaminoso. Tuve que tomar una decisión, fue muy difícil, pero nada se compara a lo que Dios ahora ha traído a mi vida. Ahora puedo tomar decisiones a largo plazo, puedo ver a mi futura pareja con ojos que agradan a Dios y sobre todo con una decisión de guardar su corazón y cuerpo, como ofrenda de justicia para la gloria de Dios.
Mi decisión de dejar una relación pasada en fornicación, ha traído frutos de bendición para mi vida. Vivo en paz, en gozo, con esperanza de recuperar el regalo más apreciado que Dios nos puede dar y es el compartir un matrimonio puro. Ha sido un proceso largo y Dios continúa trabajando en mi persona, pero he aprendido lo que el amor significa: decisión de dar. Ahora sí puedo decirte que conozco el amor verdadero y genuino. Aquel que busca la santidad y pureza desde el inicio. Las tentaciones están, pero mi espíritu ahora primero busca a Dios e inmediatamente mata los deseos de la carne. Ahora busco casarme como una promesa de Dios, y con la motivación de darle solamente a Él toda la gloria! Puedo amar a una mujer diferente, puedo respetarla y guardar su corazón para el matrimonio.

Una decisión puede cambiar tu vida para bien o para mal. Tú decides.
Como mentor de este ministerio (y como hombre que pasó por esta situación), yo aconsejo a los hombres la separación de un noviazgo que ya se ha involucrado en relaciones sexuales. Seamos realistas, sé que cuando hay emociones involucradas, amigos y lugares en común, e incluso un futuro con planes de boda, esta separación es más dura y puede ser temporal, pero de una o de otra manera, muy necesaria.
No existen pasos específicos para terminar una relación, ya que las situaciones y personalidades son muy diferentes, pero algo claro podemos saber, que debemos tomar una decisión. Una de las mejores preguntas que nos podemos hacer es la siguiente:

¿Cuál es mi verdadera motivación para estar con ella o con él? Si tu motivación principal no es para darle la gloria a Dios con sus corazones y cuerpos, así como de un compromiso de casarse, eventualmente dicha relación no funcionará.

1.Si estas con ella por placer, tu relación después de cometer fornicación se convierte pasional. Debes amputar dicha relación.

2.Si tu intención es casarte con ella y ambos estás comprometidos, entonces la separación debe ser por un tiempo prudencial hasta que ambos corazones estén restaurados y dirigidos hacia Dios, con el fin de entrar a un matrimonio en pureza y santidad. Claro está, esto conlleva todo un proceso de restauración, que incluye confesión del pecado, aplicación de principios bíblicos, entrega de cuentas y buscar la Voluntad de Dios.

En la mayoría de ocasiones, una relación de noviazgo en fornicación oculta sus actos, mantiene el acto en SECRETO y poco a poco se va convirtiendo en un hongo que pudre nuestra alma, sentimientos y hasta nuestro cuerpo.

continuará...
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