diciembre 2011

viernes, 30 de diciembre de 2011

LAS PRUEBAS DEL  VERDADERO AMOR (II)

". . . para que todo aquel que en él cree . . . " El amor involucra confianza absoluta. Para amar plenamente,  primero tienes que confiar en ti y en la otra persona por completo. El amor tiene fe en el carácter en la integridad de la otra persona. Casi ni nota cuando las otras personas hacen lo malo; puede convivir con las fallas y debilidades de la otra persona, por cuanto el amor conoce a la otra persona tal como es, y está dispuesto a ser conocido por su propio carácter verdadero. El amor no busca impresionar o pretender. pregúntate: ¿me anima para proseguir hacia cosas más grandes el hecho de pensar que a ella le gustaría lo que estoy haciendo? Cuando se presentan dudas, ¿piensas naturalmente en lo que ella diría? ¿Piensas tú mucho en él? En cualquier cosa que estés haciendo, ¿nunca está ella lejos de tus pensamientos? ¿Confías en la persona amada en cualquier parte, y con cualquier persona? Esta es una de las razones por las cuales Dios prohibió las relaciones sexuales premaritales. El hecho de abstenerse de actividades sexuales con la persona amada antes del matrimonio es una prueba de que se tienen confianza el uno al otro.

" . . . no se pierda, mas tenga vida eterna..." "Cuando amas a alguien, le serás fiel sin importar lo
que te cueste. Siempre creerás en él, siempre esperarás lo mejor de él y siempre mantendrás tu posición en defensa de él".
El amor es algo etemo. El verdadero amor durará, pese a las pruebas a que tenga que enfrentarse. No te apures en cuanto a decidir con quién has de casarte. El amor siempre tiene tiempo y nunca está apurado. Si eres una joven, te será difícil esperar en Dios y confiar en que él se encargará de buscarte al hombre que ha de traerte la mayor felicidad y el mejor provecho. Esta es la prueba final: ¿Estás dispuesta a esperar? Esto lo puedes poner a prueba fácilmente en tus citas. Si no puedes disciplinar tu vida para esperar el tiempo de Dios, no has aprendido lo que significa amar con el amor de Dios. Si las relaciones amorosas se están volviendo serias, somételas a la prueba del tiempo. "El amor es sufrido, es benigno". Llega a conocer a la otra persona muy bien, no sexualmente, sino personalmente. Cuando los dos están juntos, ¿pasan un rato feliz, sin importar lo que estén haciendo? ¿Tienen los dos los mismos sentimientos básicos del corazón con respecto a Cristo y a la obra a la cual él ha llamado a cualquiera de los dos? ¿De una manera muy natural piensan en una vida futura con él? ¿La ves tú a ella a tu lado mientras sirves a Dios? Si piensas que la relación es lo suficientemente seria como para comprometerte, pero no estás seguro, sométete a una prueba de separación.
No es bueno tener un largo tiempo de compromiso, porque es demasiada tensión para los dos. Tan pronto como estén seguros, deben casarse. Pero antes de eso, deben pasar un período realmente separados el uno del otro: unos seis meses. En los tiempos bíblicos, si un hombre quería casarse con una joven, anunciaba su intención de casarse, y luego se marchaba durante un año con el fin de ganar el dinero necesario para su futuro hogar. Al fin del año, si aún pensaba lo mismo con respecto a ella, regresaba, y entonces invitaban a sus amigos y parientes, y hacían un compromiso formal el uno con el otro. Luego, después de una gran fiesta, simplemente vivían juntos como marido y mujer. Si vas a pasar el resto de la vida con esta persona, puedes darte el lujo de someter tu relación amorosa a estas dos pruebas: la del tiempo y la de la separación.
La prueba del tiempo te mostrará si tu amor es genuino y profundo, o si es sólo un sentimiento de atracción que puede pasar cuando veas a otra persona más bella y más simpática. La prueba de la separación te ayudará a saber la diferencia entre los sentimientos emocionales y románticos y la entrega amorosa y seria. Durante la prueba de separación querrás escribir mucho; eso te ayudará a aprender a conocer a la persona amada, sin que se entremeta la atracción física. Todas las pruebas y lágrimas que tengas en este período, preséntalas a Dios. Si la relación procede de él, perdurará; lo que Dios une, ningún hombre lo separa. "El amor . . . todo lo soporta". Lo que es de Dios durará para siempre, y tú puedes confiar en que él te guiará en esta decisión, que es la más feliz e importante decisión humana.

Continuará

tomado del libro: el joven y sus Dilemas (Winkie Pratney) 
Publicidad abajo entrada

Recibe contenido actualizado

Suscríbete y recibe el contenido de mi blog actualizado a tu Email Diariamente

Al ingresar tu Email, estas aceptando nuestra Política de Privacidad
Copyright © 2021 Mania Juvenil Todos los derechos Reservados.